Los cazadores de Murcilitas están por entrar en huelga. Por eso, si uno observa con atención, puede verlas casi por cualquier lado. Correteando sobre los techos, bailando desnudas en un charco del centro, susurrando al oído de los adolescentes o creciendo enredadas en los muros de las casas. Están excitadas de pensar que la persecución y la milenaria cacería llegará a su fin. Entonces sí podrán cantar. Libre, su melodía se esparcirá a los cuatro vientos. Su canto trasformará cada cama en un altar. Golosinas y besos se regalarán en las esquinas. La lujuria explotará en las entrañas de las personas. Cada amanecer tendrá el sabor a labios húmedos. Los cuerpos se entrelazarán en una amalgama de indefinidas formas. Los amantes se manifestarán en público y los célibes conocerán las delicias. La primavera durará todo el año, todos los años. Cada acto será sagrado y cada encuentro será divino.
Pero los cazadores de Murcilitas nunca irán a la huelga. Afilando sus espadas con la palabra pecado continúan al acecho.
Pero los cazadores de Murcilitas nunca irán a la huelga. Afilando sus espadas con la palabra pecado continúan al acecho.
Este texto esta publicado en COMA
Estoy escuchando el crecimiento de las Murcilitas en el silencio de mi casa y cayendo con el agua a la mochila del inodoro por un tobogán. Las Murcilitas son como los ácaros. Supongo que por temor a la cacería aman los lugares húmedos y con no más de una sola persona.
ResponderEliminarY cuidan celosas las habitaciones que me encierran y no cantan, y yo espero: Las Murcilitas son vivas, como las mujeres.
Lindísimo, Pablo.
abrazo!!
bato
Che, me encantó. Ojalá las murcilitas se coman a los cazadores algún día. O los inviten a participar a ellos también, que mal no les vendrá.
ResponderEliminarUn besito :)
quiero murcilitas en mi casa!!!!
ResponderEliminarBesos
Lu
Grande las murcilitas.
ResponderEliminarMuy bueno tu blog Pabli. Me encantó.
Voy a dar una vuelta por él.
Y seguí subiendo textos.